El románico del nordeste en Valdevarnés

El románico del nordeste en Valdevarnés

Las acuarelas de Patxi Martín sobre los monumentos emblemáticos de la provincia y su entorno se exponen en la localidad.

Patxi Martín Barbolla es un observante pintor que con elegante finura muestra la esencia de los pueblos de la provincia. El pincel en sus manos refina a través de la técnica de la acuarela esos vestigios que el paso de los siglos ha ido conformando la peculiaridad de los monumentos emblemáticos y los paisajes que los circundan. Aunque nacido en Vizcaya, siempre ha sentido especialmente sus orígenes en la comarca nordeste segoviana, residiendo actualmente entre Campo de San Pedro y Madrid.

Esas acuarelas se pueden ver estos días en la pequeña localidad de Valdevarnés. La exposición, que permanecerá abierta hasta el día 16 de este mes de agosto en la ermita, quiere mostrar una parte de las iglesias románicas del nordeste segoviano, construidas en torno al siglo XII. Algunas, las menos, se conservan en un estado bastante original; aunque la mayoría apenas mantienen vestigios de su estilo inicial.

El románico es un estilo que surge en varios países europeos y en cada uno tiene su estilo propio; pero con características comunes. En Castilla se introduce a través del Camino de Santiago y coincide con la repoblación de la meseta por gentes del norte de la península, en su mayoría analfabeta, por lo que este estilo es muy didáctico y predominan las imágenes y figuras tanto en su interior (pinturas) como en el exterior (canecillos, puerta de acceso, ventanas, etc,). Todos estos elementos se conciben para adoctrinar a los fieles y representan pasajes del antiguo y sobre todo, del nuevo testamento. Además muestran los vicios y virtudes de una forma que hoy sorprenden por su crudeza.

En la provincia de Segovia a estas iglesias se les suele añadir posteriormente un pórtico orientado hacia el sur donde se celebran reuniones de los representantes de la población, germen de los primitivos ayuntamientos. Estos pórticos, luego son cegados y reaprovechados para otros usos. Además, cuando aumenta la población, se adosan sacristías, torres y otras construcciones que alteran y/o destruyen el edificio original. Esta pequeña muestra servirá para redescubrir alguna de estas iglesias y valorarlas como se merecen.

 

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Fuente: El Adelantado