Pueblos multicolor de Segovia en la Sierra de Ayllón

Pueblos multicolor de Segovia en la Sierra de Ayllón

La vertiente segoviana de la Sierra de Ayllón engloba un conjunto de pueblos con características únicas y singulares. Son poblaciones que sobresalen por su arquitectura, enclave y costumbres, y que tienen como elemento común estar rodeadas de un paisaje montañoso situado en el sector oriental del Sistema Central y que abarca tres provincias: Segovia, Guadalajara y Madrid.

Partiendo de Riaza a lo largo de la carretera comarcal SG-V-1111, te propongo descubrir varios de estos municipios de Segovia: Villacorta, Madriguera, Santibáñez de Ayllón y Grado del Pico.

Cada uno de ellos tiene algún elemento diferenciador, algo que descubrí al perderme entre sus callejuelas y que te iré mostrando a lo largo de este artículo.

 

Riaza

Riaza es uno de los pueblos de Segovia más conocidos, con una población que supera levemente los 2.000 habitantes (según datos de 2022). Lo que me resultó más llamativo de esta localidad desde un punto de vista arquitectónico fue su Plaza Mayor, considerada como Bien de Interés Cultural. Está formada por soportales que bordean la enorme elipse que hay en el centro. Lo cierto es que nunca antes había visto una plaza con un ruedo en el medio y al contemplarla por primera vez me llamó mucho la atención. Se trata de una gran explanada de tierra que data del año 1873. Cuando se construyó como el terreno no era igual fue necesario levantar unas gradas de piedra que a su vez se sujetan a unos bloques del mismo material y unas barras de hierro forjado.

 

Es lo primero en lo que te fijarás nada más entrar en la plaza. Frente al coso se halla además el edificio del Ayuntamiento que es del siglo XVIII. El terreno, que invita a ponerse en su centro y hacerse fotos sin parar, se usa para distintos eventos como encierros, concursos diversos, fiestas del pueblo y bailes, entre otros.

En cuanto a los soportales, añadir que albergan distintos restaurantes mientras que las casas que completan todo el conjunto son las típicas de la zona (con balconadas de hierro y cornisas de madera). Al prestar atención se aprecia que algunas de ellas son las clásicas casonas solariegas y muestran sus correspondientes blasones.

Otro edificio interesante de la localidad es la Iglesia de Nuestra Señora del Manto (esta es la patrona de Riaza), con su alta torre campanario que mide más de 30 metros.

Villacorta

Villacorta es una pedanía dependiente de Riaza, a unos 13 kilómetros de esta. Es uno de los pueblos rojos segovianos. ¿Por qué se llaman así? Muy sencillo, porque sus casas están construidas con una mezcla de piedras ferruginosas, pizarras y tierras arcillosas, de ahí su tonalidad entre el rojo y el naranja.

El pueblo es pequeño y con pocos habitantes (en torno a los 20). La iglesia de Santa Catalina se encuentra en el centro del pueblo, y tiene un pórtico románico y un artesonado mozárabe. A veces se organizan celebraciones y fiestas en torno a la pequeña plaza que hay en esta zona.

Madriguera

A continuación, en este periplo que propongo por los pueblos segovianos de la sierra de Ayllón, a unos escasos tres kilómetros de la parada anterior, se encuentra otra pedanía: Madriguera.

En este caso, también merece la pena detenerse, pues al igual que Villacorta, aquí predominan las construcciones rojizas y ocres. Es, por tanto, uno de los pueblos rojos de Segovia.

 

Hasta los años 60 fue un pueblo con relativa importancia en la zona pues disponía de importantes servicios básicos como escuela, consultorio médico o farmacia. Luego poseía otra serie de comercios que no estaban en los alrededores como ultramarinos, pescadería o carnicería, además de un casino y un salón de baile, lo que le hacía un lugar bastante transitado.

En sus orígenes más primigenios era una localización que albergaba principalmente a ganaderos, agricultores y arrieros.

Un bonito pueblo para descubrir andando tranquilamente entre sus callejuelas.

 

Santibáñez de Ayllón

El próximo destino se encuentra a poco más de seis kilómetros. De este pueblo, cercano a las provincias de Soria y Guadalajara, llama la atención el entorno regado por el río Aguisejo y su singular valle. Sus calles también se caracterizan por su estrechez en determinados tramos así como por la típica arquitectura pueblerina de la zona.

Desde el mismo pueblo parte una ruta que lleva a la famosa cascada de Santibáñez de Ayllón. Esta se puede ver desde la carretera que va en dirección a Guadalajara. Se halla bajo un puente, en una propiedad privada donde hay una casa. Hay que estar muy atento porque no está muy bien indicado. Una vez localizas el acceso hay una bajada de unos cien metros por un camino terroso y enseguida se ve el salto de agua.

 

La otra posibilidad es seguir un camino que hay a la salida del pueblo en su parte derecha. Un cartel de madera con un sucinto “Cascada. 500 metros”, te indica la senda a seguir. El camino es agradable y hay varios bancos de madera en sus márgenes (en uno de ellos me senté a comer junto a mi infatigable compañero de viaje). Mientras se camina por el sendero, no deja indiferente el paisaje que está formado por pequeñas elevaciones en cuyas laderas se aprecia la acción erosiva del viento sobre la pizarra y la cuarcita que abundan en el terreno. Esto da lugar a diferentes formaciones sinuosas que parecen sacadas de un escenario de ciencia ficción.

Grado del Pico

El último destino es Grado del Pico, a unos seis kilómetros de Santibáñez. En este lugar, la iglesia de San Pedro, que se sitúa en lo alto del pueblo, es el edificio más llamativo y el que más sobresale. Su galería porticada romántica es preciosa, aunque está cegada, pero a pesar de ello es una de las representaciones más conocidas de este estilo en dicha parte de Segovia.

 

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Fuente: Blog clavesdemujerviajera.com